Cuando nos referimos a un crimen de moda, hay muchas variantes. Están los de la alta sociedad que pretenden llevar el uniforme de Intermix; los crímenes cometidos por aquellos que cierran tratos internacionales desde la penumbra con un exótico guardarropa repleto de pieles (que, por supuesto, no quieren que tú sepas que existe y mucho menos la policía); y por alguna razón, también están las madres que protagonizaron el escándalo de admisión de las universidades, por el que admitieron el pago de sobornos para lograr el ingreso de sus vástagos. Lori Loughlin y Felicity Huffman han decidido llevar un llamativo sombrero, que curiosamente trata de decir: no estoy aquí.
Lori Loughlin ha llevado un exagerado sombrero con el que trataba de esconderse del lente de los paparazzi que la seguían. Ahora, ‘partner in crime’, Felicity Huffman, ha recreado el look pero con un sombrero de rafia, mientras paseaba a su perro junto una zona en la que las mascotas no están permitidas, a solo unas semanas de iniciar su sentencia de 14 días en la prisión federal por su papel en el escándalo de las admisiones universitarias.
Loughlin y Huffman son solo dos de las tres decenas de padres envueltos en el escándalo dirigido por Rick Singer. Mientras Loughlin se ha declarado inocente y espera un juicio, Huffman ha decidido declararse culpable y fue condenada en mayo. Injusta, pero predeciblemente, Huffman y Loughlin se han convertido en la cara visible del caso ya que eran las figuras más reconocibles, gracias a sus papeles en Full House y Desperate Housewives, respectivamente. En sus citaciones en el tribunal, Huffman reflejó en la vestimenta su declaración de culpabilidad, además de con la expresión facial. En su lugar, Loughlin ha decidido proyectarse de forma diferente, también en concordancia con su declaración. Pero curiosamente han coincidido en la elección del maxisombrero.
El juego de proporciones con los sombreros no es una novedad. Pharrell Williams inició la tendencia cuando debutó con una enorme pieza de Vivienne Westwood en los Grammys en 2014. Ese año, parece haber sido hace demasiado tiempo gracias a la vertiginosa rapidez de la moda rápida que cambia todo de un día para otro. El diseñador francés Jacquemus reinventó la tendencia en 2018 con una amplia variedad de propuestas que se hicieron tan populares que los proveedores no pudieron seguirle el ritmo a las ventas. Pero esto –la combinación entre celebridades y problemas legales, usando prendas de alta moda en grandes proporciones– se siente como una gran novedad.
Los llamativos sombreros elegidos por las actrices cumplen dos principales funciones: son la pieza perfecta para ocultarse de los paparazzi que parecen seguir cada uno de los movimientos, especialmente con gafas de sol, y cierran el look con el que intentan llevar un ‘perfil bajo’. Pero la navaja de Occam nos hace pensar que las actrices ya los tenían a mano. Esas alas amplias convierten a estos sombreros en la prenda ideal para la playa, para el sol y el agua de ciudades como Los Ángeles, y para esa edad en la que dejas de fingir que están siendo besado por el sol.
Así que los sombreros de Loughlin y Huffman son, probablemente, una buena alternativa en estos días en los que los índices UV son extremadamente altos. Solo después –del arresto, los paparazzi y de todo– ellas deciden protegerse ante los ojos del público. Es solo ahora que ellas han decidido llevarlos que estos sombreros reciben una nueva interpretación, así como sus portadoras.
Artículo publicado originalmente en la edición estadounidense de Vanity Fair. Acceda al original aquí.
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