El logo más moderno de 2019 tiene más de mil años

“Es el equivalente en moda al swoosh de Nike”, declaró la crítica de moda Vanessa Friedman en Twitter tras el último desfile de la diseñadora francesa Marine Serre, celebrado esta semana en París.

Este dibujo de una luna creciente, hoy convertido en el logo de la marca, está cargado de significado. Se relaciona con la religión islámica, sin embargo, su origen es mucho más antiguo y complejo. Algunos historiadores sitúan su origen en la cultura sumeria y llega hasta la Antigüedad griega y romana; algunas diosas de la mitología clásica la tenían como atributo. Desde la Edad Media era común encontrar estandartes con la media luna y en el siglo XIII ya lo usaban también los musulmanes. Aunque hoy está generalizada la creencia de que es un símbolo islámico, lo cierto es que no es original de esta religión. Al fin y al cabo, no deja de ser un motivo que está en la Naturaleza. Para el mundo árabe, un símbolo de amor y esto fue lo que interesó a esta Serre, que ha logrado que hasta los anti-logos (que en Francia son muchos) quieran llevar el suyo.

Esta mujer nacida en 1991 tiene una trayectoria en moda tan corta como fulgurante. En 2017 ganó el LVMH Prize for Young Designers y un año después tuvo lugar su primer desfile. En 2018 Suzy Menkes ya escribió en Vogue Paris: “Después de escribir sobre 100 desfiles de Otoño Invierno 2018 en cuatro ciudades el que permanece en mi memoria es el de Marine Serre”. Esta semana ha desfilado en la Semana de la Moda de Paris; lo ha hecho bajo la lluvia en el jardín de un centro deportivo del distrito 16 y con un casting de modelos que incluía perros, hombres y mujeres de varias edades y una embarazada.

En el aire estaba la sensación de estar presenciando un momento de moda como este mes lo han sido la aparición de Jenifer López con Versace y la unión de Lacroix con Dries van Noten. Mientras estos dos últimos sucesos han sido puntuales, la presencia de Serre no tiene pinta de querer serlo. Ella está aquí para quedarse y lo hace con una propuesta radical y muy contemporánea: su moda es el FutureWear, un cruce entre streetwear, moda conceptual, toques árabes y un barniz de eso tan insondable llamado chic francés.

Ella se ha formado en Alexander McQueen, Margiela, Dior y Balenciaga y en su ropa hay trazas de todas estas casas. Sin embargo, Serre es una isla que solo se parece a sí misma. El 50% de la colección utiliza materiales y prendas recicladas de manera creativa (lo que se llama upcycling) y el resto procede de fábricas francesas. La nueva niña mimada del sistema moda también lo es por haber convertido un símbolo como la luna creciente en un objeto de deseo. En la colección que presentó en Stadt Suchet, además de paraguas, había muchas lunas; siempre hay muchas lunas en lo que hace ella. Marée Noire, que así se llamaba, mostraba el logo de la marca impreso de forma individual en bolsos, en la espalda de abrigos, medias, y hasta en ropa interior. También lo multiplicaba formando un estampado. Ha nacido un nuevo Monogram y tiene la bendición de LVMH.

Serre usó la luna desde la primera colección con la que se graduó en la escuela belga La Cambre y por la que LVMH le otorgó el premio. Se llamó “Radical Call for Love” y era una declaración e intenciones: su moda es radical e integradora. Ella eligió este motivo tras los atentados de Paris y Bruselas, en un momento delicado en el que la islamofobia se extendía. Decidió utilizar un símbolo tradicional relacionado con la cultura árabe para lanzar un mensaje de amor. No se puede confirmar si el mensaje ha calado, lo que sí lo ha hecho ha sido el símbolo. Su ya icónico (sí, icónico en dos años) mono con estampado de la luna está agotado en su tienda online.

Esta mujer demostró, al elegir la luna, ser astuta. El logo tiene, como mínimo, dos lecturas. Si conoces su significado accedes a la lectura política. Si no, al menos tienes una luna que es un hermoso símbolo universal. En estos tiempos en los que miramos a todos lados buscando muletas y la astrología vive un momento dulce la luna tiene, definitivamente, su sitio. Serre, que conoce bien la Historia de la Moda, juega con esos mensajes múltiples de la luna. Su logo ya tiene vida propia.

De hecho, la marca ha realizado una colaboración con Nike en el que la luna y el swoosh se mezclan. La colaboración incluye un uniforme que se ha realizado para la Copa del Mundo de Fútbol Femenino de 2020 y un sujetador que, como tantas prendas de la marca, está agotado. Esta francesa ha logrado en dos años lo que otros colegas suyos no consiguen en toda una vida: crear una marca memorable.

Ante las acusaciones de apropiación cultural que recibe (la más visible fue la de la activista Marine Semaan en The Cut) Serre se defiende afirmando que tiene la conciencia tranquila: la luna creciente es un símbolo de amor en muchas culturas. Serre hace ropa para el futuro y, pese al cambio climático y demás desastres, en el que ella vislumbra hay esperanza. En su futuro hay muchas lunas crecientes que es una forma de decir que, al menos, algo, un poco de amor habrá. Por Marine Serre que no quede.

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