Ulysse Nardin, o el exigente proceso de crear un reloj de lujo

La esencia de Ulysse Nardin es la navegación y es por eso que la prestigiosa casa relojera ha querido hacer un homenaje a su historia creando una edición limitada de su clásica colección Marine, para celebrar la semana más emblemática de Mónaco (en términos náuticos).

El puerto de Hércules ha acogido al Monaco Yacht Show, del que Ulysse Nardin es principal patrocinador, para dar la bienvenida al último modelo de la firma relojera, realizado expresamente para el evento. Es una edición muy limitada, pues solo hay 100 piezas del Marine Torpilleur Monaco Yacht Show Limited Edition, y con su propio significado naval. El apellido Torpilleur hace referencia a los pequeños buques torpederos de navegación utilizados en el SXIX, cuando nace Ulysse Nardin.

Ulysse Nardin ha demostrado su savoir-faire como casa relojera, engalanando a la pieza con una esfera esmaltada a través de la técnica del Grand Feu, que la dota de una resistencia extraordinaria. La técnica del Grand Feu Enamel es un arte ancestral llevado a cabo por expertos artesanos que consiste en vitrificar sustancias minerales a temperaturas que alcanzan los 800ºC. En el caso de esta edición limitada, el color del esmalte que recubre una base de cobre se obtiene a partir de polvos minerales blancos y grises.

No todas las piezas aguantan las altas temperaturas a las que son sometidas y muchas de ellas acaban rompiéndose en el proceso. Por eso son de una resistencia excepcional, ya que durante sus diferentes fases muchas piezas son desechadas. El resultado final es una esfera de una alta resistencia, que también se mantiene invariable ante las radiaciones UV provenientes del sol.



El siguiente paso consiste en conseguir los índices horarios y demás inscripciones que conforman el diseño de la esfera. Para ello se utilizan tintas constituidas por polvo de esmalte. Una vez realizados los motivos, deben fusionarse todas las capas de esmalte, algo que se consigue gracias a un nuevo horneado. Finalmente, la pieza se calibra, siendo aplanada con un trozo de carbón. En este momento del proceso es en el que se descartan mayor número de piezas, pues, si la técnica no se domina correctamente, el carbón deja unas marcas en el esmalte que la convierten en inservible. Y una nueva criba: los remates finales para ajustar la esfera y las aberturas de la misma se adaptan a medida y se liman al montarlas. Las subesferas se sueldan con estaño a la esfera principal.

Como broche final del reloj, una correa de aligátor azul con presillas blancas cierra la pieza. Es el guiño final al mundo náutico, que también tiene presencia en las inscripciones de la esfera. En la misma se puede leer Monaco Yacht Show y la fecha conmemorativa del evento, 09/2019. El resultado definitivo es un reloj de movimiento automático y entre sus cualidades podemos contar con una reserva de marcha de hasta 60 horas, que se indica por un subdial a las 12 horas, además de una resistencia al agua de hasta 50 metros. El precio de semejante proeza alcanza los 9.500€.






El lanzamiento de una pieza tan especial no podía celebrarse si no era por todo lo alto y por eso, Ulysse Nardin ha decidido arroparlo con todo un despliegue de medios: barcos eléctricos, el restaurante Coya, uno de los más exclusivos del momento en Monte-Carlo, un poco de Kite surf, y por supuesto, muchos yates.

La casa relojera ha colaborado con una de las marcas más punteras de barcos del momento. Laneva. Con una tecnología que permite escuchar el sonido del mar mientras navegas, gracias a su motor eléctrico, el compromiso de la marca con el medio ambiente no se queda ahí. La piel de los cómodos asientos en los que relajarse está hecha a partir de materiales de origen vegetal. El suelo de la lancha es de corcho reciclado. Se comprometen con el medioambiente y creen que el mundo de los yates es compatible con la sostenibilidad. Es por eso que utilizan materiales reciclados, a la par que resistentes al paso del tiempo. Subirse a un barco así es toda una experiencia Ulysse Nardin.

El profesional del Kite surf, Alex Caizergues, también tuvo una relación estrecha con Laneva y Ulysse Nardin, pues realizó una demostración de un deporte que es su pasión y que le ha permitido viajar alrededor del mundo.

Junto a la pieza estrella del momento, se exhibieron también varios cronómetros de navegación de principios del SXX que se encontraban en Le Locle, ciudad suiza, natal de Ulysse Nardin, en la que empezó la historia de la marca. Los desplazaron expresamente hasta Mónaco para la ocasión.




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