Los posibles efectos de la decisión de Warner de estrenar todas sus películas de 2021 en cines y HBO Max a la vez

Hace un par de semanas, Warner anunció un movimiento casi inédito: la segunda parte de Wonder Woman, un taquillazo protagonizado por Gal Gadot cuyo estreno ya se había aplazado dos veces por la pandemia, no se estrenaría solo en salas. En Estados Unidos, se estrenaría el día de Navidad, tanto en los cines que estuviesen abiertos como en una plataforma de streaming también propiedad de Warner: HBO Max, la joven filial de HBO que nació en mayo más enfocada a Internet que a la tele por cable de su veterana marca madre. Hoy, Warner ha llevado ese paso aún más lejos: todas sus producciones con fecha de estreno en 2021 se estrenarán, al menos en Estados Unidos, tanto en cines como en casas con suscripción a HBO Max. Una decisión motivada por la pandemia y que casi todos los analistas han visto como el principio del fin para las salas de cine.

Es un listado de 17 películas que incluyen desde el Dune de Denis Villeneuve con Timotheé Chalamet, Javier Bardem o Zendaya hasta franquicias como Mortal Kombat, pasando por el regreso del Matrix de las hermanas Wachowskio el Escuadrón Suicida de James Gunn. En un comunicado, Ann Sarnoff y Jason Kilar, presidenta y director ejecutivo de Warner Bros. (que pertenece al gigante de las telecomunicaciones AT&T) respectivamente, confirmaban la noticia:"hemos creado el modelo híbrido a modo de respuesta estratégica por el impacto continuado de la pandemia, especialmente en Estados Unidos".

El modelo limita los estrenos en streaming a un mes: las películas llegarán el mismo día a las salas y a las pantallas de los suscriptores, pero tras 30 días abandonarán las plataformas para seguir el modelo habitual (ventanas de 90 días entre salas y alquiler doméstico, y otros tantos para el estreno en servicios de suscripción digital, habitualmente). El movimiento no se ha dejado notar aún en las acciones de AT&T, que cerraron ayer sin cambios reseñables en la cotización, pero supone una catástrofe en las acciones de los distribuidores cinematográficos. Todas las agrupaciones de salas de estrenos que cotizan en Wall Street se desplomaron ayer entre un 11% y un 21%.

La medida, además, supone un cambio importantísimo respecto al fallido experimento de Disney con Mulán: la gran rival de Warner decidió cargar un precio adicional a los suscriptores de Disney+ para poder ver la película de estreno, pero ni Wonder Woman 2 ni el resto tendrán impacto adicional en los suscriptores de HBO Max. Al mismo tiempo, ayer Andy Forssell, vicepresidente ejecutivo de Warner Media ymáximo responsable de HBO Max Global, reveló en un encuentro digital en el Web Summit organizado en Lisboa que HBO Max sustituirá en Europa y otras regiones al servicio HBO durante 2021, abriendo la puerta a que los estrenos simultáneos lleguen a más países en breve.

La decisión tiene raíces: Warner decidió, en solitario y con la cartelera huérfana, estrenar uno de sus posibles taquillazos, el Tenet de Christopher Nolan, hace un par de meses. El resultado fue desolador: unos 350 millones de dólares en taquilla sobre un presupuesto de cerca de 200 millones. Algo que flotaba en el comunicado de Sarnoff: "Vivimos tiempos sin precedentes que exigen soluciones creativas, incluyendo a esta nueva inciativa. (…) Nadie quiere más que nosotros que las películas vuelvan a la pantalla grande. Sabemos que el nuevo contenido es la sangre vital de la exhibición cinematográfica, pero tenemos que equilibrar esto con la realidad de que la mayor parte de las salas de Estados Unidos van a funcionar con aforo reducido durante 2021. Con este plan único de un solo año, podemos apoyar a nuestros socios en los cines con un flujo continuo de películas de alcance mundial, y al mismo tiempo dar a los espectadores que no tengan acceso a los cines o no estén todavía listos para volver a las salas la oportunidad de ver nuestros asombrosos estrenos para 2021".

En la práctica, lo que puede suponer el movimiento es un aumento en los suscriptores de HBO Max y que el servicio –tecnológicamente más avanzado y de mayor calidad que HBO– termine compitiendo cara a cara con los rivales del mañana. HBO Max, que cuesta 15 dólares al mes en Estados Unidos, contaba en octubre con 8,6 millones de suscriptores desde su nacimiento en mayo, varios de ellos derivados desde HBO. En total, las dos marcas acumulan unos 57 millones de suscriptores en todo el mundo. Netflix más que triplica tranquilamente esa cifra (tienen actualmente unos 195 millones de suscriptores) y Disney+ ha conseguido 73 millones de suscriptores en tan solo un año.

Warner también necesita dar salida a sus estrenos: el carrusel de aplazamientos en los estrenos suponer que la empresa mantiene inmovilizados producciones cercanas a los mil millones de dólares. La situación de la pandemia en Estados Unidos, en su peor momento, no anticipa un 2021 seguro para los cines, así que la opción es llegar a los espectadores como sea. Sin coste adicional, esto implica efectivamente la muerte del cine para los espectadores potenciales de Warner: por más o menos el precio de una entrada en una gran sala estadounidense (en AMC, por ejemplo una entrada media de adulto se acerca a los 14 dólares), se paga un mes de HBO Max.

Y es posible que la situación se extienda a Europa cuando llegue el servicio. Durante "el segundo semestre" de 2021, HBO Max ocupará en nuestro continente el lugar de HBO. El reclamo de contar con los estrenos de verano y navideños de Warner en casa sería el mayor atractivo de compra. Las grandes perjudicadas serían las salas de cine, que en nuestro país en lo que va de año han perdido cuatro quintas partes de su facturación. Y que ahora afrontan una situación mucho más complicada: si Warner ha dado el paso, ¿qué van a hacer Disney y Universal (que reservaba algunos estrenos, pero ya había decidido llevar el grueso de su producción a streaming casi simultáneo)?

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