Guía cultural: qué hacer en Oviedo durante los premios Princesa de Asturias

Escribía Clarín al inicio de La Regenta que “la heroica ciudad dormía la siesta”. A esa Oviedo, transformada en literaria Vetusta, le pesa la losa ficticia y en ocasiones parece seguir desperezándose de esa siesta (burguesa) de 1884.

No ocurre así durante la Semana de los Premios. De la mano de la Fundación Princesa de Asturias, de nombre monárquico y espíritu revolucionario, Vetusta se transforma en una ciudad que, como dicen los modernos, “parece Berlín”, entendiendo a la capital germana como la esencia de lo “alternativo”. Aquellos que el resto del año se refugian en su entorno, sus costumbres y sus “cajas” sociales se mezclan esta semana con personas con las que creen no compartir nada más que ciudad.

Ya hace años que la Fundación se dedica a construir algo que va mucho más allá de la gala del Teatro Campoamor, el evento al que solo asisten unos pocos elegidos con invitación. Aunque este año es el “sarao” más cotizado de la temporada, por la presencia de la Princesa de Asturias que dará en él su primer discurso, la ceremonia ha dejado de representar lo que de verdad suponen los Premios para la región.

Desbordantes de imaginación, con su directora, Teresa Sanjurjo a la cabeza, y con la oportunidad que brinda tener a las mejores mentes, las más creativas, a su disposición durante unos días, la Fundación aprovecha para recuperar espacios y facilitar el acceso de todo aquel que quiera (y sea rápido en conseguir entradas) a las voces ilustradas. Entrada libre y gratuita. De los coloquios y conferencias organizados hace un par de décadas hemos pasado a proyecciones en antiguos concesionarios de coches o gymkanas por las ciudades. La Fundación no quiere solo acercar a los premiados a la gente, sino hacer que su obra cale en la sociedad.

LaFPAbrica

En los dos últimos años, el centro neurálgico de los eventos ha sido la abandonada Fábrica de Armas de La Vega, en Oviedo. Rindiéndose a la genialidad del director de cine neoyorquino, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018, el año pasado la rebautizaron con el nombre de “Fábrica Scorsese”. Este año, conscientes de que tienen entre manos un espacio con un potencial tremendo, la han transformado en La FPAbrica, sede de esa magia moderna, creativa, estimulante y abierta a todos los públicos.

Entre instalaciones artísticas que homenajean al Museo del Prado (que, además de bicentenario, celebra este 2019 el Premio de Comunicación y Humanidades), jardines sensoriales que muestran la sensibilidad de las plantas que investigan Joanne Chory y Sandra Mirna Díaz (Premio de Investigación Científica y Técnica) y exposiciones fotográficas de esa segunda generación de inmigrantes ya integrada en España que estudia Alejandro Portes (Premio de Ciencias Sociales), el fin de semana previo a los Premios no ha necesitado siquiera de la presencia de los galardonados para derrochar arte, talento y belleza.

En el Taller de la FPAbrica, sobre una alfombra y frente a unas gradas, se produjo el estreno español de Why?, la última obra de Peter Brook (Premio de las Artes). El espacio vacío y tres actores fue todo lo que se necesitó para que el público vibrase al preguntarse por el sentido del teatro mientras asistía a la historia del director teatral ruso Meyerhold, revolucionario y purgado por el régimen estalinista.

A la vez que concluía la segunda representación de Why?, cientos de personas irrumpían en un espacio que antiguamente albergaba una cadena de montaje para asistir a un concierto-paseo homenaje a la ciudad de Gdansk, Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019. El pianista Arkaitz Mendoza, con un foco de luz sobre él, abrió el espectáculo interpretando el Nocturno en Do sostenido menor de Chopin. En el centro de la nave, entre sombras, el Coro de la Fundación Princesa de Asturias, enfrentando en la escena a hombres y mujeres, pondría voz al Kyrie de Penderecki minutos después. Tras pasear por el espacio, el tiempo y la música clásica europea, todos cerrarían la velada, junto al Joven Coro de la Fundación, con el Himno a la Alegría de Beethoven.Las entradas para ambos actos se agotaron en minutos. No fueron los únicos.

Encuentros con los premiados

La Semana de los Premios se divide entre los actos que se realizan al margen de los galardonados y aquellos que se hacen una vez estos han pisado tierra. El lunes comenzó el goteo de los ganadores. Y así, los últimos días de la semana laboral se dedicarán a encuentros con los principales protagonistas.

La premiada en Literatura, Siri Hustvedt, se verá con escolares, centenares de miembros de clubes de lectura y aficionados a sus novelas a lo largo de los diferentes días. Peter Brook asistirá a una función de estudiantes de interpretación, con quienes conversará, además de ofrecer un coloquio en Avilés. Joanne Chory y Sandra Mirna Díaz visitarán el Jardín Botánico gijonés, entre otros muchos paseos. El Museo de Bellas Artes de Asturias inaugurará una exposición con obra del Prado. Salman Khan, impulsor de la Academia Khan y Premio de Cooperación Internacional, aplicará sus enseñanzas en colegios junto al público objetivo de sus clases virtuales. Alejandro Portes charlará con el periodista Nacho Carretero de migraciones e integraciones y Sophie Auster, hija de Hustvedt, ofrecerá un concierto en el que repasará su último disco.

Hay actividades para todo y para todos. Y, al menos durante una semana al año, la ciudad, con sus cajas sociales, no tiene tiempo ni de dormir la siesta.

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