Gabriel Abaroa (1962, Ciudad de México) asegura que es el tipo más pálido de todo Miami. No sólo no le gusta broncearse, sino que apenas tiene oportunidad de que le dé el sol. Ha pasado los últimos nueve meses encerrado en las oficinas de la Academia Latina de la Grabación, entidad que preside desde 2003 y máximo responsable de los Latin Grammy, los premios que distinguen a los músicos latinos que se entregan esta noche en Las Vegas. "Llevo sin tener vacaciones 17 años, aprendí que el verano no existe para los que trabajamos aquí", relataba a Vanity Fairel pasado agosto. "En este momento estamos recogiendo votos, enmendando errores, contactando con artistas y preparando la gala. Mis amigos de México me preguntan cómo conseguí un trabajo que consiste en organizar una gala al año, pero no son consciente de todo lo que conlleva".
Procedente de una familia muy musical, este abogado especializado en el sector del entretenimiento, vio de niño cómo su padre tiró los tabiques de dos habitaciones de la residencia familiar para hacer un pequeño auditorio casero. "Por allí paraban las bandas de paso en México, a las que mi papá invitaba a actuar para que sus amigos pagasen por verles", recuerda Abaroa. "La mayoría de estos músicos estaban tan entregados al arte que se les olvidaba cobrar aunque no tenían para vivir". A los 15 años Gabriel comenzó a tocar la batería y cantar, aunque fue su hermano menor, Mauricio, el que alcanzó el éxito como compositor de canciones popularizadas por Luis Miguel, Cristian Castro, Olga Tañón o Bertín Osborne. También fue Mauricio el primer director ejecutivo de una academia latina que dependía entonces de la norteamericana. "Cuando mi hermano dejó el cargo buscamos a la persona indicada y al no encontrarla me pidieron que me encargara yo provisionalmente. Me prometieron que sería para un año, pero aquí sigo. Ya no me cree ni mi mujer cuando le digo que estoy pensando en la retirada".
Este año se cumplen veinte ediciones de los Latin Grammy, unos premios que nacieron en un momento en el que la cultura latina reclamaba un espacio propio, también en la industria musical. Ahora que artistas como Jennifer López, Maluma o Becky G son fenómenos globales, ¿siguen siendo necesarios unos premios específicos?
Más que nunca. Sobre todo porque ya tienen una personalidad propia. Ya no utilizamos la palabra "premios" para hablar de ellos, y la razón es que todo el mundo ya sabe que un Latin Grammy lo es. Cuando los artistas a nivel mundial quieren mostrar el reconocimiento que han tenido de sus colegas de todos los campos artísticos relacionados con la música hablan de los Latin Grammy que han ganado. Incluso de las nominaciones. Son el resultado de un proceso muy riguroso, por el cual de 15.500 inscripciones se reconocen entre 270 o 280 nominaciones. Y de esas, sólo unas 48 se llevaran estatuillas. Por supuesto, hay otros reconocimientos como las ventas, salir en la radio, los millones de visualizaciones en YouTube, que están muy bien y las aplaudo, pero no sé si tendrán la relevancia de colgarse una marca muy fuerte a nivel mundial como un Latin Grammy.
Existe la percepción de que son unos premios que miran poco hacia España, de que están más encocados hacia EE UU y Latinoamérica. Incluso el español más premiado, Alejandro Sanz, es un vecino más de Miami.
Discrepo absolutamente. La Academia reconoce música y géneros, no nacionalidades. De las veinte Personas del Año que hemos reconocido en estos años ha habido cinco que eran españoles: Alejandro Sanz, Julio Iglesias, Plácido Domingo, Joan Manuel Serrat y Miguel Bosé. El Latin grammy de mejor grabación se lo han llevado en siete ocasiones artistas de España, y el de álbum del año lo ha ganado tres veces Alejandro Sanz y una Paco de Lucía. Por no hablar de la parte corporativa, en la que Luis Cobos y Manolo Díaz han estado en el consejo directivo. La presencia española es muy fuerte en la Academia, si te digo la lista nos pasamos una hora hablando.
¿Y es un buen escaparate también para artistas locales no tan conocidos como los que ha mencionado?
¡Por supuesto! Ha habido muchos que se han beneficiado de los premios para darse a conocer en América. Pienso en artistas como India Martínez, Rosalía, Bebe, Buika, Rozalén, Pablo López y Pablo Alborán. Incluso David Bisbal, que era muy famoso en España pero bastó que se les nominara aquí para impulsar su carrera. En los Latin Grammy no se trata de quién gana sino de quién participa. Y en ese aspecto, la participación de artistas españoles es indudable.
¿Recibe este tipo de reclamaciones a menudo por parte de otros países?
Por supuesto, sobre todo a medida que hemos ido ganando relevancia. Yo soy mexicano pero me declaro ciudadano del mundo, porque he aprendido a amar todos los lugares y géneros, lo mismo al fado que al ballenato, el flamenco o la música de la comunidad tejana. En México me reclamaron que les daba poca coba a los artistas de mi país, y me acusaron amistosamente de conceder más bola a los cubanos. Al mismo tiempo, en Miami me decían que estaba entregado a la música brasileño, mientras que en Brasil sostenían que tratábamos mejor a los argentinos, y por último estos sostenían que se favorecía a los españoles. He llegado a la conclusión de que mi verdadera misión es no dejar contento a nadie, sino satisfecha a la música. Lo único que importa es que cuando un artista diga "yo fui nominado a un Latin Grammy" tiene que despertar admiración.
¿Qué papel juega la Fundación Cultural Latin Grammy que usted también preside?
Ahora mismo tenemos 200 muchachos becados y ya invertimos 5 millones de dólares en materia de ayudas para recuperar grabaciones, manejar archivos y fomentar el estudio de nuestra música. Esto último es fundamental, porque el tema de la música es tan extenso como bello. Te pondré un ejemplo. ¿Por qué si España colonizó prácticamente a la vez Cuba, Colombia y México cada país tiene estilos tan diferentes? Para saberlo hay que comprender cómo influyó la esclavitud en Cuba, la abundante población indígena de México y la influencia de otras migraciones europeas, que filtraron más sonidos, instrumentos y géneros. Mira, los grupos étnicos de fusión estuvieron influídos por los franceses. Los conjuntos que tocaban en las bodas, los mariages en francés, se convertirían en los mariachis. Igualmente, los corridos eran la forma que tenían los nativospara comunicarse sin que los españoles les entendieran. Y lo mismo pasa con Brasil y la creación de la samba, marcada por la adopción de instrumentos africanos. Todo eso se puede saber si se invierte en estudios.
Etiquetas como "Oscar del cine europeo" suelen indicar que son menos conocidos que los premios con los que compiten. ¿Por qué seguimos hablando de Latin Grammy?
¿La verdad? Para ahorrarnos gasto de papelería, básicamente. Me parece mucho más importante saber que haya un chico estudiando música gracias lo que recaudamos en las galas. El último es gallego, por cierto, se llama Sergio y de Vigo. Es un chamaco de 17 que parece que tiene 14. Si aprovecha los estudios que le estamos pagando en Berklee, donde va a tener los mejores maestros, en 5 años puede ser una leyenda viviente. En realidad de lo que se trata es de que ningun músico en 30 años diga que fue fontanero o policía para pagarse su formación. Eso es lo bello de este trabajo, mantener esta locomotora y conseguir ese nivel de respeto. Sólo lo lograremos si demostramos al mundo que somos profesionales, que llegamos puntuales a los ensayos y que tenemos un enorme talento.
Menciona la informalidad y falta de profesionalidad. ¿Sigue habiendo este tipo de prejuicios hacia los artistas latinos?
Si los artistas no están a la altura, que ahora sí lo están, nada de lo que hagamos desde los Latin Grammy sirve. Yo no me comparo con nadie, quiero que los otros se comparen con nosotros. Nuestro índice de profesionalismo supera los de la institución Grammy. Como españoles creo que os sentiríais profundamente orgullosos al verlo.
Con Trump en la Casa Blanca y su política migratoria, ¿es un momento complicado para reivindicar el orgullo latino?
No más que otras veces. Es una barrera que yo mismo no me permito. Me siento orgulloso de mis raíces y por eso fui muy enfático antes contigo: soy ciudadano del mundo latinoamericano. Ese colonialismo cultural que dispara en todos los sentidos yo no lo entiendo. Siento orgullo de Macaco o Kevin Johansen o Aleks Syntek. Y a su vez, trato de luchar más por los no conocidos, aunque los consagrados se siguen emocionando y molestando si no logran un Latin Grammy.
¿De qué artistas se considera amigo?
Me mantengo al margen. Mi hermano es muy amigo de Emilio Estefan, por ejemplo, pero yo mantengo las distancias. Soy respetuoso de todos pero no tengo amigos. No puedo tener amistades o dependencias emocionales. Ni al artista le ayudaría ni a mí que se devaluen las nominaciones. Supongo que me haré amigo de ellos cuando me retire.
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¿A qué músicos latino reconoce un alto grado de influencia? ¿Quiénes pueden ejercer de padrinos?
Hay personalidades como la de Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Marc Anthony, Caetano Veloso o Shakira que cuando se asocian con un artista ejercen una labor de padrinazgo indiscutible. Maluma toma una relevancia descomunal cuando actúa con Shakira. Lo mismo Carlos Vives con Sebastián Yatra. Los grandes monstruos de la música como Juan Luis Guerra han luchado mucho por eso y me parece profundamente noble. Lo hizo Miguel Bosé con su disco de duetos, Papito y Papitwo, concedió una relevancia enorme a muchos artistas más jóvenes. Pero lo mejor de todo es que si hay un ejercicio de padrinazgo se da sin ser solicitado ni buscado. Esa mentalidad ha llevado a sitios más lejanos que si las discográficas se pusieran de acuerdo. Los artistas se sientan, toman una copa y el trato está hecho… Eso es lo hermoso.
Rosalía será una de las protagonistas de la noche. ¿Había visto un fenómeno comparable salir de España?
Reconozco en Rosalía lo mismo que en los grandes artistas: tiene un sueño. También comparte dos elementos adiccionales que la llevaran lejos. Por un lado, no tiene barreras, se las ha quitado, y además es una mujer extraordinariamente profesional, cuida hasta el menor detalle de su puesta en escena, de sus grabaciones, de su imagen. Mi opinión es que todos, desde el más humilde al más excelso, vemos cómo nos pasan las oportunidad por enfrente. Pocos las aprovechamos, pero ella es de las que las toman. Y sobre las críticas que se le hacen, recurro al Quijote: “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. Yo mismo cuanto tomé esta responsabilidad, que era una balsita llena de agujeros, me sorprendí al comprobar que las pedradas más fuertes me llegaron de mucha gente que aventaba desde la orilla. No me importó, seguimos navegando, y hoy tenemos un yate hermosísimo que ayuda a más de 200 muchachos.
C. Tangana, nominado como compositor por su colaboración con Rosalía, ha sufrido este año la censura, cancelándose un concierto por el contenido de sus letras. ¿No debería manifestarse la Academia en estos casos?
Me apena decir que no estoy al tanto de este caso en concreto, pero que no quepa la menor duda: la Academia es una gran defensora de la libertad de expresión de todos los artistas.
En 2010 Plácido Domingo fue reconocido como Persona del Año. Tras las acusaciones de acoso sexual que han aparecido en los últimos meses, ¿se ha planteado retirarle ese premio? ¿Lo ha pedido algún miembro de la entidad?
Al señor Plácido Domingo le tengo un absoluto respeto y sería temerario por mi parte emitir un juicio cuando hay acusaciones, cierto, pero no se ha probado nada. Es un asunto delicado y va igual en todas las direcciones, también para las víctimas. No somos nadie para juzgar a una persona hasta que haya un trámite y un proceso digno y correcto que deje a salvo los derechos de ambas partes. En lo personal, me duele que esté pasando esto en un momento como el que él estaba, un señor que a su edad ya lo había hecho todo. Seguiré el caso con mucha atención y preocupación. En cuanto a cambiar nuestro criterio, no lo valoramos. No se recoge en nuestros estatutos el retirar un premio.
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