De Amancio Ortega a Maluma: así son los aviones privados favoritos de los famosos

¿Qué puede hacer llorar a un hombre? ¿Qué tal un avión privado de 22 millones de euros, que como mínimo sale a 4.000 euros la hora y que sólo en costes fijos supone unos 750.000 euros más al año? Maluma ha recibido entre lágrimas su Royalty Air. el avión privado que, para el cantante, marca la consecución de todos sus sueños. O el primer paso hacia ellos: porque su impresionante Gulfstream G450 de segunda mano (se fabricaron más de 330 hasta 2018) está un peldaño por encima del avión favorito de los ricos, pero bastante por debajo del de los muy ricos. Y eso que, sobre el papel, el Malumaplano es capaz de recorrer hasta 8.000 kilómetros (o algo menos de 7.000 con los 14 pasajeros que puede transportar) y alcanzar los 987 km/h.

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El más popular de los aviones privados, concebidos para un puñado de pasajeros y con los que los ricos eluden cada vez más los confines de la aviación comercial, es la serie Cessna Citation Excel/CLS/CLS+. En sus tres encarnaciones, estos birreactores equipados con motores Rolls-Royce y con una velocidad de crucero cercana a los 800 km/h. suman más de 900 aparatos vendidos desde 1998. Cada uno de ellos cuesta entre 7,75 y 11,5 millones de euros. Son casi capaces de atravesar Estados Unidos de costa a costa con entre seis y ocho pasajeros (más dos pilotos) y cada hora operativa cuesta a sus propietarios entre 3.500 y 3.800 euros. Por supuesto, el catering y otros servicios van aparte.

Los Cessna Citation actuales son el ejemplo de cómo ha evolucionado la aviación privada. En 2018, se vendieron 703 aviones privados entre todas las compañias, un gran aumento sobre los 677 del año anterior. Y en un segmento en el que tres compañías dominan sin problemas: Cessna (188 unidades), Bombardier (137) y Gulfstream (121), coparon dos tercios del total. Boeing y Airbus, por citar las dos´principales compañías de aviones comerciales, vendieron siete unidades entre las dos, bajo sus marcas. Para hacernos una idea: en el mundo hay ahora mismo unos 35.000 aviones, de los que cerca de 7.000 son aviones privados -aunque esto incluye aparatos muy inferiores a lo que consideramos un jet privado-.

Los Citation -una serie que empezó a finales de los 60, y que vendió cerca de 650 unidades de su primera encarnación hasta 1985- son un ejemplo de lo que buscan los ricos y las empresas: jets de lujo, con capacidad interior para trabajar, comer y relajarse, capaces de recorrer casi cualquier distancia comercial continental. Más o menos el 80% de ellos sobrevuelan Estados Unidos, y una buena parte operan bajo las compañías de vuelos charter: es más barato gastarse hasta 75.000 euros en fletar en cualquier momento uno de estos aparatos que comprar, mantener y operar de forma particular uno de estos aparatos, opción por la que optaron el futbolista Gareth Bale o el banquero Jaime Botín. Si es el más popular es porque incluso entre los ricos hay clases, y la familia Citation Excel es de las más asequibles.

Mark Cuban, el dueño de los Dallas Mavericks, explicaba hace unos años por qué tiene su propia flota privada -una colección que empezó en 1999 con un Gulfstream V-: "es mi pertenenecia más valiosa porque me consigue lo que considero más valioso: tiempo". Y el tiempo bien merece todo el dinero que puedas arrojar contra él. Lo que explica la existencia del avión que separa a los ricos de los muy muy ricos, y que es más exitoso de lo que nadie pudiera imaginar: el Gulfstream G650/G650ER.

Si los Cessna con nombre de hoja de cálculo están muy bien para vuelos cercanos e impresionar a las amistades y negocios, el Gulfstream 650 es algo de lo que sólo puede presumir gente cuyo presupuesto mensual se mida en millones de euros. Para empezar, el aparato vale entre 60 y 65 millones de euros. Algo que se explica porque se queda a escasas cifras de reventar la barrera del sonido, puede recorrer más de 12.000 kilómetros sin despeinarse y es, básicamente, el avión privado de tamaño medio más increíble que puedas imaginar. ¿Quieres ir a cualquier parte del mundo, en pocas horas, saliendo ya? Quieres un G650. Hay más de 300 en el mundo.

Y sus propietarios particulares dan una idea de en qué cifras nos movemos: Jeff Bezos tiene uno, y es el hombre más rico del mundo. Elon Musk tiene otro. Larry Ellison, que sigue siendo de los hombres más ricos del planeta gracias a la fortuna que hizo con Oracle, también. La viuda de Steve Jobs, Laurene Powell, heredó uno. Howard Schultz, el hombre que hizo de Starbucks una marca mundial, también. Es el sello de distinción máximo. En España, Telefónica cuenta con al menos uno de ellos.

La alternativa, para los que no quieren compromiso entre lujo, alcance y velocidad, ha sido durante mucho tiempo el Bombardier Global Express, un avión que ronda los 35 millones de euros, y que cuenta con una versión VIP de asientos de lujo de cuero para nueve invitados, salón, comedor, despacho, y un largo etcétera de comodidades. Alcanza los 900 kilómetros por hora en velocidad de crucero y puede recorrer -dependiendo del modelo- entre 10.000 y 12.000 kilómetros: España-Japón en vuelo directo. Ha sido durante años el jet favorito de milmillonarios como Amancio Ortega, Bill Gates y Oprah Winfrey. Y todavía le saca varios cuerpos al G650: aún siguen produciéndose unidades, y en lo que va de siglo se han vendido unas 800.

Pero eso no significa que sea totalmente inasequible a esa pobre peble que cuenta sus millones en cientos en vez de en miles: el coste de alquilar un G650 mediante una compañía charter se mueve a partir de los 13.000 euros la hora. Es decir, más de lo que gana el presidente del Gobierno en un solo viaje transatlántico, en un avión codiciadísimo porque su construcción no sólo es un prodigio de velocidad y alcance: también exhibe el habitáculo más cómodo, alto y espacioso a este lado de los aviones comerciales en manos privadas. Por supuesto, ese coste por hora sólo otorga lo básico. Que, para Mark Cuban, ya era bastante: tiempo.

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