Jennifer Lopez, la más excesiva y atrevida de la gala MET

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«Me gusta mezclar el glamour con un poquito de la calle». La definición que la propia Jennifer Lopez hizo de su estilo en una ocasión, es probablemente la más acertada que pueda darse. La artista del Bronx no solo es camaleónica en su currículo (actriz, cantante, productora, diseñadora o emprendedora), también lo es –y mucho– en sus apariciones de alfombra roja. A lo largo de los años ha experimentado con casi todo y una de las citas en las que jamás defrauda es la gala MET.

Desde que apareciera por primera vez en 1999 luciendo un vestido de escote imposible y acompañada por P. Diddy, su pareja por aquel entonces, la intérprete de Let’s get loud ha dejado otros tantos looks para el recuerdo. Versace, Dolce & Gabbana, Michael Kors o Zuhair Murad, firmas para las que ha ejercido como musa, son algunas de las etiquetas detrás de sus apariciones más icónicas y recordadas. J. Lo ha sido pionera en lucir vestidos transparentes o naked dress y no ha dudado en atreverse con escotes de vértigo (también en la espalda), generosas aberturas y hasta pelucas en pos de lo que ella mejor sabe hacer: dar espectáculo.

Reconocida como icono de estilo en los CFDA de 2019, premios concedidos por el Consejo de Diseñadores de Moda de América, Jennifer Lopez ha defendido la moda que muestra el cuerpo tal y como es, curvas incluidas, mucho antes de que eso fuera una tendencia generalizada en la industria. Lo hizo, por ejemplo, dejando al descubierto sus muslos con el Zuhair Murad bordado con un dragón que lució en 2015, o cada una de las veces en las que posó en las escaleras del MET defendiendo un vestido con abertura en la pierna. Dejando imágenes que harían temblar a la mismísima Angelia Jolie, maestra de las poses presumiendo de muslo, la del Bronx ha impactado en varias ediciones apostando por este tipo de diseños.

El año pasado, sin ir más lejos, demostró que a veces ‘más es más’ con un diseño marrón chocolate de Ralph Lauren con el que celebró la moda estadounidense sumándole sombrero, abrigo de piel, generosos complementos y, por supuesto, abertura en el lado izquierdo. Una propuesta fiel a su estilo que alcanzó el estatus de viral, más aún teniendo en cuenta que posó en la alfombra roja junto a Ben Affleck. A escasas horas de volver a verla en la alfombra roja más importante del año para la industria de la moda, tiramos de archivo para trazar su historial estilístico en esta cita. Si algo está claro, es que en su próxima aparición volverá a estar a la altura.

La primera vez que Jennifer Lopez se plantó en la alfombra roja de la gala MET dejó clara una cosa: era una invitada comprometida con la causa y dispuesta a cumplir lo que se pide a los selectos elegidos que acuden a este evento. Era 1999 y posó junto a su pareja del momento, el rapero P. Diddy, luciendo un vestido champán que dejaba mucha piel al descubierto.

Posando junto a los artífices de su vestido como mandan las reglas no escritas de esta alfombra roja, J. Lo se atrevió en 2004 con un vestido de clara inspiración italiana: negro, encaje y elegancia sensual. Un moño alto tirante, peinado que también la caracteriza, puso el toque final a su elección.

En 2006, la cantante de El Anillo o Ain’t your mama, dos de sus éxitos más recientes, se marcó un look muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados. En aquella ocasión apostó por la sencillez de
un vestido drapeado en rosa empolvado y hombro asimétrico firmado por Versace. Y, de paso, se saltó las reglas de aquella gala, que estaba dedicada a la moda británica.

Al año siguiente y bajo el título Poiret: King of Fashion, Jennifer Lopez brilló con un diseño plateado de inspiración griega de la firma Marchesa. En aquella ocasión eligió una melena ondulada con mucho volumen al más puro estilo Old Hollywood.

En 2008, la neoyorquina volvió a elegir un escote asimétrico que dejaba uno de sus hombros al descubierto. Un diseño en verde agua que combinaba los plisados con la pedrería y que estaba firmado por la diseñadora italiana Alberta Ferretti.

Si bien Jennifer Lopez no es especialmente conocida por ser fanática de los vestidos de aires princesiles, en 2010 confió en Zuhair Murad para acudir a la gala, que llevó por titulo American Woman: Fashioning a National Identity.

A pesar de que la gala de 2011 estaba dedicada a rendir homenaje al inigualable Alexander McQueen, J. Lo eligió un diseño floral firmado por Gucci. Flores, lazada al cuello y, de nuevo, varias aberturas, definen un diseño con el que estaba muy favorecida.

La temática de la edición de 2013, Punk: Chaos To Couture, dejó algunas de las apariciones más atrevidas y memorables de la historia de esta gala. Jennifer Lopez se adapató a las circunstancias con un look que, quizá no fue especialmente punk, pero sí muy atrevido. Estampado de leopardo, espalda totalmente abierta y moño hipercardado definieron su propuesta aquel año.

Zuhair Murad está detrás de uno de los looks más impactantes de la lista. Era 2015 y la cantante quiso adecuarse a la temática de la edición, China: Through the Looking Glass, llevando un diseño con un dragón bordado.

Dejando a un lado la larga coleta, una de sus señas de identidad que han sentado precedente (ahí está Ariana Grande), el look que lució en 2017 es uno de los ‘menos J. Lo’ de la lista. Valentino firma este vaporoso vestido azul celeste con capa de vocación etérea.

Para seguir la temática Heavenly Bodies: Fashion & The Catholic Imagination Costume (2018), que ahondaba en la relación entre moda e imaginería religiosa, Lopez confió en Balmain. La firma creó para la ocasión un vestido con gran abertura, una llamativa cruz sobre el pecho y cola de plumas. Imbatible.

Lo extravagante, lo irónico y lo divertido definen la estética Camp, que dio forma a la exposición del MET en 2019. La apuesta de la artista cumple todo lo anterior y lo supera. Su peluca de pedrería y el vestido de Versace la hicieron brillar. Mención especial merece su arte insuperable para posar adecuando cada movimiento a lo que lleva puesto.

Sombrero, dos collares, cinturón, brazaletes, abrigo de pelo y plataformas. En 2021, la cantante no escatimó a la hora de personalizar su vestido de Ralph Lauren. Dedicada a la moda estadounidense, Jennifer Lopez estuvo a la altura de la edición siguiendo su principio estilístico más importante: ser fiel a sí misma.

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