La pasada "semana de las cumbres" de Naciones Unidas dio para todo tipo de encuentros: desde reuniones privadas de Pedro Sánchez con uno de los hijos de George Soros hasta conversaciones casuales en la entrada de invitados a la Asamblea de la ONU. Como por ejemplo la que mantuvieron la reina Máxima de Holanda y la canciller alemana Angela Merkel. El encuentro, en inglés, tuvo un maravilloso momento de diálogo besugo, capturado por la corresponsal royal de la RTL holandesa Annemarie de Kunder.
La conversación es más o menos como sigue: Máxima –que estaba en Nueva York en su papel de Defensora Especial de la ONU– le explica a Merkel que ha estado hablando con Francia [France] sobre igualdad y derechos de la mujer. A lo que Merkel le pregunta que con qué Franz ha sido esa conversación. Unos pocos segundos de confusión más tarde debido a la similitud entre el país y el nombre propio, la canciller termina cayendo: se trata del país europeo habitado por der franzosen, y no de algún ignoto Franz random muy interesado en la igualdad y las conversaciones con reinas argentino-neerlandesas.
Es entonces cuando Angela Merkel cierra el puño y alarga la pronunciación con un "FRAAANCE" levemente escalofriante. Ambas mujeres se ríen alegremente tras la confusión y se desean una buena estancia en Nueva York, en una semana que tuvo cinco cumbres.
Tampoco es la primera vez que ambas coinciden. Este mismo año, en enero, Merkel tuvo la oportunidad de sentarse con Máxima y el príncipe Guillermo de Inglaterra en la cumbre de Davos. Y, cumbres aparte –como el Encuentro de Mujeres del Foro Económico Mundial de 2017–, mantienen buena sintonía desde la primera visita oficial de Máxima a Alemania. Fue como princesa, en 2011, que un par de año más tarde repetiría ya como reina en una estancia de cuatro días tutelada por Merkel.
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